China Afirma Incidencia Sector Energético Latinoamericano

Algunos países de LAC ya están insistiendo en la protección del medio ambiente y el fortalecimiento de sus posiciones de negociación para asegurar empleos locales como requisito para la inversión extranjera en infraestructura y energía. LAC podría aprovechar su posición única en el centro del ámbito comercial entre los Estados Unidos y China para lograr un desarrollo económico sostenible en la región. Sin embargo, lo que Estados Unidos no debe permitir que suceda es una política exterior negativa. La oposición al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, Iniciativa de la Franja y Ruta (IFR) o la Nueva Ruta de la Seda, puede ser una política aceptable para ser adoptada en el mercado nacional y en algunos foros internacionales. Pero los Estados Unidos tendrá dificultades para lograr que los países de LAC ingresen a la política posterior a Trump a menos que proponga alternativas convincentes y se revitalice como líder del multilateralismo. Una mayor participación en los organismos regionales, una mayor ayuda exterior y un aumento de capital en el Banco Interamericano de Desarrollo ayudarían a atraer la atención de los líderes de LAC. La administración Biden también tiene la oportunidad de reiniciar las relaciones Estados Unidos - LAC y desarrollar vínculos más estrechos, fomentando la inversión privada, especialmente en proyectos de minería, energía limpia e infraestructura. El fortalecimiento de la U.S. Development

Finance Corp. (antes OPIC), especialmente en su función de proporcionar seguros contra riesgos políticos, podría ayudar a estimular algunos compromisos de capital privado. La asistencia adicional de los Estados Unidos en programas para combatir el COVID-19 y la administración de vacunas en LAC es una iniciativa humanitaria esencial que genera buena voluntad y promueve oportunidades para la cooperación hemisférica. Todos estos elementos podrían ayudar a contrarrestar la participación de China en LAC y fortalecer la relación de largo plazo - aunque recientemente cuestionada - con Estados Unidos en el sector energético de la región. Las políticas de hostilidad y rivalidad de Trump con China han terminado. Pero los esfuerzos de los Estados Unidos para recuperar su lugar como socio confiable en las Américas requerirán no solo un regreso a los asuntos internacionales tradicionales. Pero, también requerirán una estrategia coherente que combine la vocación de Estados Unidos como buen vecino con un papel destacado en las instituciones multilaterales, mayor ayuda exterior, nuevas inversiones privadas y una diplomacia económica eficaz.

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